Municipio: Guissona
Comarca: Segarra
Cronología: siglos XVII-XX
Promotor: Ayuntamiento de Guissona
Fechas: 2014
La zona objeto de la presente intervención está situada en el núcleo histórico de la ciudad de Guissona, en el extremo sureste de la comarca de la Segarra. La plaza Benlloch y el tramo intervenido de la calle Bisbal, se encuentran ubicados hacia levante, y comunican con la calle de les Botigues, l’Avinguda del Notari Josep Faus y la calle Carral.
La plaça Bisbe Benlloch recibe el nombre de manos del obispo que, a inicios del siglo XX, cedió los terrenos a la ciudad con el fin de derribar los restos que aún quedaban en pie del antiguo palacio episcopal y levantar los nuevos edificios de la Ayuntamiento, el Centro Católico y la citada plaza. Bajo el asfalto de la plaza se localizan los restos del antiguo palacio episcopal, puestas al descubierto durante una intervención arqueológica preventiva realizada en 2001 (se delimitaron en planta las estructuras).
En el siglo XVII y sobre los terrenos donde actualmente se levanta la Plaça del Bisbe Benlloch, fue alzado por orden de los obispos de la Seu d’Urgell, un pequeño Palacio Episcopal. En el momento de construir el palacio, la zona era ocupada por casas con corrales y zonas de huerta, las cuales, a su vez, se habían construido en el interior de la antigua trama urbana de la ciudad romana de Iesso, tal como menciona el estudio de Josep Ros partiendo de las hipótesis urbanísticas en relación al perímetro y extensión de la ciudad en época antigua.
Ya durante la Alta Edad Media, cuando el Obispado de la Seu d’Urgell pasó a ser señor de una parte de la población de Guissona, se había establecido una fuerte relación entre ambas entidades.
Sabemos que, a mediados del siglo XIX, la Ley de Desamortización de los bienes eclesiásticos provocó que el edificio quedara abandonado y poco a poco su estado de conservación fuera deplorable, entrando años después en conflicto, la Villa, el Estado y el Obispado para saber quién era su legítimo propietario.
El conflicto se resolvió finalmente en 1912, cuando el edificio se encontraba ya prácticamente en ruinas. Aquel año, el Obispo Joan Benlloch y Vivó (obispo de la Seu d’Urgell) llegó a un acuerdo con el ayuntamiento, según el cual la casa de la villa reconocía que el propietario era el Obispo de la Seu y, éste a cambio, dividió la propiedad en tres partes: la más grande, la cedió al pueblo para construir la casa de la villa y una nueva escuela, otra parte la cedió al Centro Católico y una tercera se la reservó por el propio Obispado.
La intervención arqueológica de 2014 consistió en el seguimiento de una zanja longitudinal de unos 60 cm de ancho, 1 m de profundidad proyectada y 19 m de longitud para la colocación de un nuevo tramo de canalización del Gas Natural.
La intervención ofreció como resultado el afloramiento de estructuras pertenecientes al antiguo Palau Bisbal al sector que hoy ocupa la Plaça del Bisbe Benlloch. Así pues, se ha podido documentar el muro de cierre sur del Palacio Episcopal, así como varios muros de las estancias o departamentos internos del edificio y un nivel de uso del que aún se conservaba parte del enlosado de guijarros.
Finalmente, los pavimentos y estructuras del Palacio, se encontraban cortadas por una cisterna del siglo XX.