Municipio: Bolvir
Comarca: Cerdanya
Cronología: Bronce Final, Ceretano, Romano-republicano, medieval
Promotor: Ajuntament de Bolvir, Ciències de l’Antigüitat y la Edat Mitjana de la UAB
Fechas: julio-agosto 2013, julio-septiembre 2014, junio-septiembre 2015. julio-septiembre 2016, julio-agosto 2017, julio-agosto 2018
La excavación arqueológica en extensión al Castellot de Bolvir se inició en 2006, con la codirección del arqueólogo Jordi Morera, en el marco de un proyecto de investigación dirigido por el Profesor Oriol Olesti, de la UAB, en el que se pretendía estudiar la ocupación humana de la Cerdanya en la Antigüedad. La entrada al año siguiente de un nuevo equipo de gobierno en el consistorio municipal significó un punto de inflexión en la investigación, ya que, con la voluntad de recuperar patrimonialmente el yacimiento, y vincularlo a un centro de interpretación del mismo, se dio un gran empuje a la excavación. A partir de ese año, se han realizado continuas campañas de excavación arqueológica, manteniendo el mismo equipo de dirección arqueológica, promovidas por el consistorio de Bolvir y avaladas científicamente por la UAB. Arqueòlegs.cat dirige y ejecuta las tareas arqueológicas, en colaboración con los contingentes de estudiantes de Historia y Arqueología que cada año colaboran en la investigación, convirtiéndose en el yacimiento un lugar formativo y de aprendizaje de la práctica arqueológica.
Hasta el presente se han identificado cuatro grandes fases de ocupación. La primera, tal vez la más desconocida, corresponde al período del Bronce Final o Primer Hierro. De este momento sólo sabemos que hubo presencia humana en el Castellot, sin poder especificar en qué dimensión. En la primera mitad del siglo IV aC se inicia la fase ceretana del yacimiento, con la construcción de un oppidum en barrera. Este estaba formado por un sistema defensivo formado por muralla y foso, y una red urbana en el interior, de la que se ha podido identificar 15 unidades domésticas y un campo de silos. Inevitablemente, el Castellot en este momento se convirtió en un asentamiento principal en el territorio ceretano.
En la segunda mitad de siglo II aC se produjo una gran transformación, con la construcción de una gran puerta monumental flanqueada por dos torres cuadrangulares y un cuerpo de guardia. También de una serie de grandes edificios polifuncionales en el interior, algunos de ellos de hasta 200m2 de superficie. Todas las reformas siguieron los patrones constructivos romanos, pero aplicando técnicas y materiales indígenas. Hay que pensar que en este momento se instaló en el yacimiento un pequeño praesidia. El oppidum fue abandonado el tercer cuarto de siglo I aC.
Finalmente, la última de las ocupaciones se desarrolló entre los siglos X y XII, en el que se construyó una aldea fortificado, con muralla y torres de defensa.